Fernández Álvarez, Florentino

San Tirso de Abres › Beyo › Aller › Asturias

Acceso directo

Cómo llegar

Palabras clave

Fernández Álvarez, Florentino | Reseñas históricas | Religión | Religiosos | Beyo | Aller | Comarca de la Montaña Central | Centro de Asturias | Montaña de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.

Descripción

Florentino Fernández Álvarez, sacerdote nacido en Bello (pueblo del concejo o municipio asturiano de Aller) el 2 de febrero de 1929.

Tras estudiar en los Seminarios asturianos de Valdediós (Villaviciosa), Donlebún (Castropol) y el Prau Picón (Oviedo, capital de Asturias), fue ordenado sacerdote el 12 de abril de 1952.

Su primer destino fue el Colegio de los Hermanos de la Doctrina Cristiana de Mieres como capellán; luego le asignarían las parroquias alleranas de Santibáñez de Riomera y Conforcos, Cabañaquinta (capital de su concejo natal), Vega, Vello y Pelúgano, el Colegio Peñaubiña (dirección espiritual) y, en los últimos años, la parroquia de San Francisco de Asís, de Oviedo.

Fervorosamente dedicado a la Virgen María, es autor de varios libros acerca de la vinculación de ésta con Asturias (Historia Mariana de Asturias; El santuario de Nuestra Señora del Acebo; Asturias, trono de la Madre de Dios), así como de una guía de sus santuarios marianos en esta región.

Falleció el 25 de agosto de 2011, a los 82 años de edad, siendo enterrado en el panteón familiar de Argüelles (Siero).

IN MEMORIAM

  • Autor: Javier Gómez Cuesta* (ver biografía), párroco de la iglesia de San Pedro de Gijón.

Por su pequeña estatura, su cuerpo delgado y su andar ligero, se le conocía entre el clero como «Florentinín», apelativo cariñoso. Fue siempre persona discreta, hasta para morirse. Había nacido en un pequeño pueblo del alto Aller, Bello, de donde salieron muchas vocaciones para la vida sacerdotal y religiosa. Toda la cuenca allerana, además de ser rica en el mineral del carbón, fue cantera de donde salieron sacerdotes y misioneros, que, como los navarros, podías encontrarte en el último rincón de este planeta. Todos, dignos de admirar por su entrega a los demás, pero algunos relevantes en diversas instituciones y universidades en Roma, China o Filipinas. En los hogares de esa rugosa y apretada tierra asturiana se transmitía la fe con el testimonio sincero y la práctica ferviente. Con la misma vida normal se les engendraba a la fe. El rezo del rosario a la Virgen María era oración familiar, al anochecer, que muchas veces dirigía el padre mientras la madre hacía la cena. Todavía recuerdo la gran peregrinación al santuario de Covadonga, promovida por aquel santo varón, arcipreste y párroco de Moreda don Custodio, en el que ofrecieron a la Santina una piedra grande del mineral extraído de las entrañas de su tierra. Era lo más significativo de su vida y su trabajo. Ascendían por la sinuosa carretera cantando: «Soy yo, soy yo, quien contigo quiere hablar...».

De ese ambiente, de esa tierra de riachuelos precipitados de aguas blancas en su origen y luego teñidas de negro, salió don Florentino para el Seminario en la posguerra española. Había visto la luz de este mundo el 2 de febrero de 1929, fiesta mariana de la Purificación de María y Presentación del Niño en el templo. El día dejaría impronta en su espiritualidad. Formó parte de uno de los cursos más numerosos que anduvieron por Donlebún, Valdediós y el Prau Picón de Oviedo, verdaderas «universidades diocesanas» de estudios humanísticos y eclesiásticos, y en el que recibieron una buena formación, en un clima de austeridad y exigencia que no olvidan. Se ordenó de sacerdote el día 12 de abril de 1952 y fue destinado como capellán al Colegio de los Hermanos de la Doctrina Cristiana de Mieres. Siete años más tarde pasó a las parroquias alleranas de Santibáñez de Riomera y Conforcos. Allí preparó el último concurso de discutida memoria en la que le asignaron la parroquia de Cabañaquinta, recibiendo años más tarde los encargos de Vega, Bello y Pelúgano. Fue un trabajador piadoso, celoso y riguroso. De temperamento afable y tímido, pero exigente consigo mismo y con los demás en el cumplimiento de las normas parroquiales. Vivía la pastoral con honda preocupación personal, que le hacía sufrir cuando no daba los frutos esperados. Acuñado en la religiosidad de una época, le costaba asumir los cambios posconciliares en la Iglesia y de costumbres y modos de vida en el mundo.

El año 1975 renuncia a la parroquia, capital municipal del concejo, y se le encarga la dirección espiritual del Colegio Peñaubiña. En este tiempo, don Florentino se dedica a una tarea encomiable: elaborar una guía de los santuarios marianos de Asturias, recogiendo tradiciones, devociones, cantares... que contribuye al conocimiento del patrimonio espiritual y religioso de esta región. Un cura sencillo, de convicciones férreas, inamovibles y arraigadas, de filial piedad mariana, que ha sabido valorar la devoción a la Virgen, con diferentes advocaciones y con culto en múltiples santuarios de Asturias, y que nos ha dejado un trabajo importante.

Últimamente, estaba adscrito a la parroquia de San Francisco de Asís de Oviedo. Servir a la Iglesia hasta el último instante fue su pretensión. Cuando nos paramos a repasar la película incompleta de la vida de una persona conocida ¡cuántas cosas buenas encontramos que merece la pena recordar y alabar! Historia vivida iluminada por la fe y sostenida por la ayuda de Dios.

Nota

Esta necrológica está también publicada en el diario La Nueva España de Oviedo con fecha 27 de agosto de 2011, bajo el epígrafe «Florentino Fernández Álvarez» y el subtítulo «El cura de los santuarios marianos».

Concejo de Aller

Extensa tierra de cumbres y de bosques, de caza, de berrea, de tránsito hacia la meseta, de esquí y de ciclismo, de pastoreo y carbón. Así es Aller, hoy y siempre.

Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Aller son: Caso, Laviana, Lena, Mieres y Sobrescobio. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Aller, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.

Comarca de la Montaña Central

Corazón de la Cordillera Cantábrica con cumbres y puertos que traen a la memoria gestas heroicas; vías romanas y camino de Santiago; escondite idílico de Reliquias; aldeas de ensueño; templos Patrimonio de la Humanidad; estaciones de esquí; minería, patrimonio industrial y un Parque Natural que es Reserva de la Biosfera.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Aller, Lena, Mieres, Morcín, Ribera de Arriba y Riosa. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Conocer Asturias

«Estos son solo algunos ejemplos de los monumentos naturales que puedes encontrar en Asturias. Cada uno de ellos tiene su encanto y particularidades, y todos ellos reflejan la riqueza natural de esta hermosa región. Si tienes la oportunidad de visitar Asturias, te recomiendo explorar estos lugares y descubrir la belleza que ofrecen.»

Resumen

Clasificación: Reseñas históricas

Clase: Religión

Tipo: Religiosos

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Aller

Parroquia: Beyo

Entidad: Beyo

Zona: Centro de Asturias

Situación: Montaña de Asturias

Comarca: Comarca de la Montaña Central

Dirección: Bello

Código postal: 33686

Web del municipio: Aller

E-mail: Oficina de turismo

E-mail: Ayuntamiento de Aller

Dirección

Dirección postal: 33686 › Bello • Beyo › Aller › Principado de Asturias.
Dirección digital: Pulsa aquí



Dónde comer Dónde dormir Etnografía Eventos Patrimonio cultural Patrimonio natural Info práctica Turismo activo Transporte Reseñas Favoritos Buscar Altas